(iritzi artikulua / artículo de opinión) En prensa del 5 de enero pasado, Javier Torrens, presidente de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, hizo unas declaraciones sobre el tratamiento de residuos urbanos en las que propone un objetivo como tendencia de alcanzar los «residuos cero». La mejor forma de no cumplir un objetivo es plantearlo mal: los residuos urbanos no se pueden eliminar. Se pueden reducir disminuyendo el volumen de envases o de desperdicios, se pueden reducir fomentando la reutilización, se pueden aprovechar reciclando la parte orgánica en compost, o el papel, o el vidrio, después de reducir, reutilizar y reciclar, y si la industria empleara en sus productos únicamente materiales reciclables y no tóxicos, el resto se reduciría de forma considerable disminuyendo así mismo su peligrosidad, con lo cual quedaría descartada la incineración y sus residuos: cenizas y gases altamente tóxicos. Pero Torrens dice más cosas que dejan ver que lo de «residuos cero» no es sino una forma de hablar, una forma de vender ilusiones imposibles...
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Alejandro Arizkun (Ekologistak Marxan), Pedro Leralta (Astigarro), Ana Malón (Greenpeace) y Andoni Romeo (Amantes de las Basuras)
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Mi opinión es la siguiente: Nos han puesto container de basuras pero ni siquiera han dado información a la ciudadanía de que es lo que va en cada uno de ellos. No se puede plantear residuos cero, mientras la ciudadanía no tenga información.
ResponderEliminarEn cuanto a la información que se nos facilita a los ciudadanos, está claro que se puede dar mucha más, y, sobre todo, muchas más veces; pero aún y todo, demasiados ciudadanos suelen "pasar", por mucho que se les informe.
ResponderEliminarAhora, eso sí, una vez hecho lo que se tiene que hacer, tenemos todo el derecho del mundo a exigir a la administración que cumpla con sus obligaciones.
La gestión de los residuos es un claro ejemplo del papel que se le asigna a cada ciudadano/a por parte de la administración. Y es que, mientras las políticas públicas vayan encaminadas a tratar a la ciudadanía como clientes e intentar despojar de "problemas" a estos, de poco servirán las campañas de sensibilización o información. Los residuos que generamos son consecuencia de nuestros hábitos de vida y debemos tener consciencia de ello y tener responsabilidad en su gestión ("la basura la genero yo y no desaparece por arte de magia cuando la meto en el contenedor"). El reciente caso de Usurbil es un buen ejemplo: dos modelos diferentes de gestión de residuos, uno centrado en la responsabilidad y consciencia personal y otro basado en el típico "levantar la alfombra y esconder ahí la basura" en donde a los vecinos/as se les trata como clientes.
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