Alrededor del 80% de los permisos en el Estado se encuentra sobre acuíferos
La fractura hidráulica, técnica de extracción de
gases no convencionales del subsuelo, amenaza los acuíferos de una gran parte
del Estado español. Cerca del 80 por ciento de los permisos se localizan sobre
acuíferos conocidos, muchos de ellos especialmente sensibles a la contaminación.
Así lo demuestra Ecologistas en Acción en una investigación presentada en
vísperas de una votación del Parlamento Europeo sobre esa técnica.
Imagen de la primera manifestación subterránea de la que se tiene constancia, realizada en el acuífero de Subilla (Álava) en junio |
En los últimos meses, tanto los gobiernos
autonómicos como el central han concedido numerosos permisos de investigación
para la fractura hidráulica en diferentes lugares del Estado. La fractura
hidráulica, o fracking, consiste en la utilización de agua a presión mezclada
con productos químicos, que se introduce en el subsuelo con el fin de fracturar
los estratos rocosos profundos, y así liberar los gases en su interior. Esta
técnica entraña serios riesgos para la salud y el medio ambiente, entre los que
se encuentra la contaminación de las aguas de los acuíferos a causa de los productos químicos
altamente contaminantes utilizados.
En el informe elaborado por Ecologistas en Acción
se ha comprobado que alrededor del 80% de los permisos de investigación
solicitados o concedidos se localizan sobre acuíferos conocidos. Además, más de
la mitad de los acuíferos afectados son de tipo calcáreo o carbonatado, que resultan
especialmente sensibles a la contaminación por los productos químicos que contiene el fluido utilizado en el
fracking.
Actualmente más de 30% de la población española (14
millones de personas) se abastece de acuíferos. Se da la circunstancia de que existen
numerosos municipios en las zonas donde se pretende llevar a cabo la extracción
de gas mediante fracking que se abastecen directamente del agua de los
acuíferos que podrían verse contaminados de manera irreversible por el empleo
de esta técnica, suponiendo un grave riesgo para la salud de las personas.
Entre las áreas más vulnerables se encuentran entre
otras la cabecera del Ebro. Algunos permisos de investigación afectan directamente
a parajes de gran interés natural, como por ejemplo las Lagunas de Ruidera, en
Ciudad Real, o las Merindades en Burgos, con el consiguiente daño ambiental a
los ecosistemas acuáticos.
Por todo ello, Ecologistas en Acción ha remitido el
informe elaborado a los ministros de Industria y Medio Ambiente, a los
presidentes de las Confederaciones Hidrográficas, a los gobiernos regionales, y
a todos los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados. La
organización solicita que se deroguen todos los permisos de investigación
concedidos que se sitúen sobre acuíferos y que no se autoricen nuevos permisos
en esas zonas, dado el grave riesgo que supone para la salud y para la preservación
del medio natural.
El informe se hace público un día antes de que el
Parlamento Europeo someta a votación dos informes clave, pero contradictorios.
El primero de los informes ha sido aprobado en la comisión de Medio Ambiente
del Parlamento y se hace eco de los preocupantes impactos ambientales, climáticos
y para la salud que conlleva la técnica de la fractura hidráulica. El segundo,
claramente influido por el potente lobby industrial, ha sido aprobado en la
Comisión de Industria y Energía y frivoliza sobre los impactos, magnifica los
beneficios económicos que esta actividad traería y presenta engañosamente al
gas de esquisto como una fuente de energía limpia. Ecologistas en Acción, ha
pedido a los eurodiputados españoles su apoyo al primero y su rechazo. Por
encima de todo, la organización ecologista ha solicitado a los eurodiputados
una moratoria a nivel europeo para esta actividad.
Ecologistas en Acción
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