(Noticia extraída de la edición del 12 de enero del diario Gara)
El Canal de Navarra, una de las macroinfraestructuras que, junto a la del TAV, había quedado fuera de los recortes del Gobierno navarro, está en el aire debido a problemas de financiación para llevar a cabo la segunda fase, entre Pitillas y la laguna de Lor. Esta obra hidráulica fue el argumento de mayor peso para justificar la construcción del pantano de Itoitz a pesar de que fue declarado ilegal por los tribunales.
La segunda fase del Canal de Navarra, la infraestructura que debería llevar el agua del cuestionado pantano de Itoitz hasta Erribera para regadío, está más en cuestión que nunca, ya que, según informó «Diario de Navarra», se ha paralizado la segunda fase por problemas de financiación. Hasta el momento, están construidos 94 kilómetros, desde Itoitz hasta Pitillas, y faltan 85, hasta llegar a la laguna de Lor, entre Cascante y Ablitas.
Pese a ello, el portavoz del Gobierno navarro, Juan Luis Sánchez de Muniáin, comentó que las obras del Canal «siguen conforme a lo previsto» y negó que se haya producido una paralización del proyecto, llegando a afirmar que se está estudiando la construcción de un nuevo ramal entre Tafalla y Sesma.
Sin embargo, las obras de la segunda fase debían haber comenzado en marzo del año pasado -después de que el presidente del Gobierno navarro, Miguel Sanz, y la ministra española de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, inaugurasen la primera-, pero no se ha hecho nada desde entonces, a pesar de que esta infraestructura está considerada como prioritaria por el Ejecutivo navarro.
Y eso que las obras del Canal de Navarra son una de las pocas partidas que el gabinete de Yolanda Barcina no ha recortado para cumplir las directrices de déficit marcadas por Madrid, según destacó el vicepresidente económico, Álvaro Miranda, en setiembre en el Parlamento. La otra gran obra en la que el Gobierno de UPN-PSN no ha metido la tijera es el TAV.
Este empecinamiento en continuar con el desarrollo del Canal de Navarra se produce a pesar de que las cuentas de la primera fase no salen, ya que muchos agricultores no pueden hacer frente a los costes de explotación del regadío en unos momentos en que los la rentabilidad de sus explotaciones está en el aire debido al bajo precio de sus productos. Es decir, que no es rentable pasarse al regadío si se tiene que pagar la cuota correspondiente del Canal. Estos gastos están estimados en 6.000 euros por hectárea.
La empresa constructora, Canasa, está participada en un 60% por el Estado español y en un 40% por el Gobierno navarro y cada administración debe aportar ese porcentaje para la financiación de la nueva fase. La inversión total prevista para esos cerca de 180 metros es de 768 millones de euros, aunque ya se han invertido 537 millones en la primera fase, por lo que esta cifra podría incrementarse notablemente.
La construcción del Canal de Navarra se ha empleado para justificar la del pantano de Itoitz, que se culminó a pesar de que los tribunales decretaron su ilegalidad. El argumento era que el agua embalsada en Itoitz permitiría el desarrollo de Nafarroa gracias a que se distribuiría por el Canal. Sin embargo, la demanda de agua para regadío no ha sido tan elevada como se estimaba oficialmente en los planes iniciales.
La propia Yolanda Barcina, tal y como hizo en repetidas ocasiones su antecesor, Miguel Sanz, ligó el «progreso» de Nafarroa con grandes infraestructuras como esta. Una de las últimas ocasiones en las que lo hizo fue cuando recibió tres tartazos de miembros de Mugitu! en la reunión de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos en la ciudad occitana de Toulouse.
«Me encuentro con muchísimo fuerza para seguir defendiendo lo que importa en esta tierra y creo que es la mejor respuesta a todas estas personas que siempre se han opuesto al progreso, bien con el TAV, con Itoiz-Canal de Navarra o con la Autovía de Leizarán», declaró la presidenta navarro tras recibir los tartazos en la capital occitana.
UAGN resucita el espíritu de la Plataforma del Agua
El sindicato agrario UAGN advirtió de que «las expectativas y el futuro de los agricultores se paralizan si se paraliza el Canal de Navarra» y emplazó al Gobierno de Yolanda Barcina a que aclare cuál es la situación de esta infraestructura. De este modo, UAGN parece volver a los tiempos de la Plataforma del Agua, que en la década de 1990 formaron UPN, PSN, CDN, UGT, la propia UAGN, CEN y UCAN con el objetivo de impulsar la construcción del pantano de Itoitz y del Canal, fuertemente cuestionado por amplios sectores de la sociedad navarra.
El presidente de UAGN, Félix Bariáin, señaló que «la sorpresa es mayúscula» ante las informaciones que constatan las dificultades financieras del proyecto de la segunda fase del Canal y recalcó que su paralización «afectaría a toda la sociedad navarra».
Según explicó Bariáin ayer en rueda de prensa, «ha habido agricultores que se han posicionado para estar en el Canal de Navarra, que han comprado fincas, que se han preparado para ser competitivos... y ahora se les está diciendo que se tienen que buscar la vida».
«Navarra cuenta con un Plan Moderna con 240 millones de euros. Parece que este plan iba a ser la panacea; todo el mundo saca pecho y, ahora, la primera en la frente. Si hay 240 millones, nosotros también queremos parte de ese dinero», añadió.
«Antes teníamos una Caja Navarra que para estas cosillas daba financiación. Ahora somos mucho mejores, mucho mayores, mucho más guapos y resulta que no hay financiación», indicó el presidente de UAGN en alusión a la integración de CAN en Banca Cívica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario