(Información extraída de Diario de Noticias)
Antes de
desalojar dos urbanizaciones, sus técnicos asumían el efecto de las
excavaciones - La CHE, que resaltaba la baja resistencia de la ladera, detectó
movimientos a 50 metros de profundidad
Un informe interno elaborado por la Confederación
Hidrográfica del Ebro el pasado 9 de enero reconocía ya por parte de la propia
CHE que la deformación de la ladera derecha de la presa de Yesa era causada por
las excavaciones realizadas a pie de presa con objeto del recrecimiento, que
elevará la cota del embalse de 488 a 511 metros y doblará su capacidad de 500
hm3 a 1000 hm3. En dicho informe, al que ha tenido acceso este periódico y que
parte de su contenido viene reproducido en estas páginas, se contempla la
declaración de cambio de escenario decretado el 21 de diciembre de 2012 y
comunicado a la Agencia Navarra de Emergencias (ANE), escenario que se agravó
de 0 a 1 (la escala de escenarios llega hasta 3, que sería ya catástrofe),
según lo previsto en el Plan de Emergencia de Yesa con lo que se asumía la
gravedad del movimiento detectado y se decidió, a su vez, intensificar las
medidas de control y vigilancia.
Trabajos al
descubierto La CHE admite que la causa próxima de la deformación de la
ladera se encuentra en la excavación realizada para cimentar el estribo derecho
de la presa y "estabilizar dicha ladera ante la solicitación que supondrán
su llenado y vaciado periódicos en fase de explotación". Todo lo anterior
-continúa la CHE- "se ha visto agravado debido al largo período de tiempo
(más de ocho años) que las excavaciones de cimiento de los estribos de la nueva
presa, a priori temporales, han tenido que estar abiertas sin la protección y
contención de dicha estructura".