La apuesta por el gas natural no convencional extraído mediante
fractura hidráulica es una decisión energética, económica, ecológica y
estratégicamente errónea. Cada vez hay más indicios de que alrededor de
esta técnica extractiva, también llamada fracking, se ha levantado una burbuja especulativa, como indica el informe presentado por Ecologistas en Acción.
La fractura hidráulica ha estado sistemáticamente basada en
estimaciones de reservas muy superiores a las que se pudieron extraer
finalmente. En el caso de Estados Unidos, el único lugar del mundo donde
se ha desarrollado la técnica extractiva de forma masiva, hasta entre un
100-400%. A esto hay que añadirle el hecho de que el fracking tiene una
rentabilidad energética preocupantemente baja (TRE: 2-3:1) que hace
inviable energéticamente un futuro basado en este tipo de combustible.
Asimismo, y según los últimos datos de extracción de gas de esquisto
de EE UU, se aprecia una tendencia descendente en la curva de
extracción desde hace meses, el gas solamente dura unos pocos años. Así
se explica en el informe “La ruina de la fractura hidráulica”, que
ha publicado Ecologistas en Acción.