Ecologistas en Acción ha publicado la "Guía de consumo responsable de mariscos" que pretende dar una visión general sobre el consumo de los mariscos "de cuerpo alargado" más apreciados en el Estado español: langostinos, gambas, cigalas, bogavantes y langostas, dando información y opciones para un consumo más responsable. Aunque esta recomendación no es siempre posible, puesto que en numerosas ocasiones las poblaciones de mariscos están sobreexplotadas y por tanto no se deberían pescar. Pero hay muchas otras razones de peso por las cuales debemos eliminar, o limitar al máximo, su consumo.
La gran mayoría de los mariscos descritos en esta guía proceden principalmente de la pesca de arrastre, donde en algunas zonas el nivel de descartes puede alcanzar el 98 %, como sucede en las pesquerías de la cigala del Mar del Norte, o el 96 % en las pesquerías de arrastre de camarones tropicales. Es decir, que casi la totalidad de los organismos marinos capturados por la flota de arrastre en estas pesquerías se tira por la borda, generalmente muertos. Esta práctica insostenible y derrochadora sucede todos los días en el mar, algo inconcebible que no hace más que agravar el mal estado de las poblaciones marinas.
La otra gran parte de mariscos que consumimos (como el langostino o camarón blanco y el langostino jumbo) proceden de la acuicultura intensiva en los trópicos, una industria completamente insostenible, que aumenta la pobreza y vulnera los derechos humanos. El 99 % de esta industria acuícola tiene lugar en países en vías de desarrollo, en los que se han deforestado vastas extensiones de ecosistemas costeros del que dependen en el mundo millones de personas para abastecerse de comida. Esta industria además ha contaminado ríos y estuarios y provocado una alta pérdida de biodiversidad, aumentando así el empobrecimiento, el hambre y forzado la emigración de pueblos enteros. Lo que ha generado un conflicto armado que ha provocado la muerte de pescadores artesanales y campesinos en numerosas zonas donde se ha instalado.
Resulta difícil poder recomendar el consumo de los mariscos descritos en esta guía, unos proceden de una flota industrial que daña el medio ambiente, otros de una acuicultura intensiva insostenible que amenaza la vida de hombres y mujeres. Pero además la falta de etiquetaje en numerosos mercados y comercios tampoco facilita una elección responsable.
El consumo de mariscos no sólo es un lujo, sino que tiene impactos sociales y ambientales que debemos tener en cuenta a la hora de comprar. Debemos exigir que nuestros hipermercados y mercados se abastezcan de productos que no agraven el hambre, la desigualdad social, ni generen conflictos armados en terceros países.
La gran mayoría de los mariscos descritos en esta guía proceden principalmente de la pesca de arrastre, donde en algunas zonas el nivel de descartes puede alcanzar el 98 %, como sucede en las pesquerías de la cigala del Mar del Norte, o el 96 % en las pesquerías de arrastre de camarones tropicales. Es decir, que casi la totalidad de los organismos marinos capturados por la flota de arrastre en estas pesquerías se tira por la borda, generalmente muertos. Esta práctica insostenible y derrochadora sucede todos los días en el mar, algo inconcebible que no hace más que agravar el mal estado de las poblaciones marinas.
La otra gran parte de mariscos que consumimos (como el langostino o camarón blanco y el langostino jumbo) proceden de la acuicultura intensiva en los trópicos, una industria completamente insostenible, que aumenta la pobreza y vulnera los derechos humanos. El 99 % de esta industria acuícola tiene lugar en países en vías de desarrollo, en los que se han deforestado vastas extensiones de ecosistemas costeros del que dependen en el mundo millones de personas para abastecerse de comida. Esta industria además ha contaminado ríos y estuarios y provocado una alta pérdida de biodiversidad, aumentando así el empobrecimiento, el hambre y forzado la emigración de pueblos enteros. Lo que ha generado un conflicto armado que ha provocado la muerte de pescadores artesanales y campesinos en numerosas zonas donde se ha instalado.
Resulta difícil poder recomendar el consumo de los mariscos descritos en esta guía, unos proceden de una flota industrial que daña el medio ambiente, otros de una acuicultura intensiva insostenible que amenaza la vida de hombres y mujeres. Pero además la falta de etiquetaje en numerosos mercados y comercios tampoco facilita una elección responsable.
El consumo de mariscos no sólo es un lujo, sino que tiene impactos sociales y ambientales que debemos tener en cuenta a la hora de comprar. Debemos exigir que nuestros hipermercados y mercados se abastezcan de productos que no agraven el hambre, la desigualdad social, ni generen conflictos armados en terceros países.
Para Ecologistas en Acción es además extremadamente necesario ampliar y mejorar la información del etiquetaje, en el que entre otras cosas se debería incluir el método de pesca utilizado, de esta manera podríamos elegir aquellos productos capturados por los pescadores artesanales de nuestro litoral. Pero mientras esto no suceda, debemos modificar nuestro modelo de consumo, reduciéndolo cuando sea posible y antes de comprar, siempre preguntar.
Ser consumidores responsables está al alcance de todos.
La "Guía de consumo responsable de mariscos" puede descargarse de http://www.ecologistasenaccion.org/article22021.html
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